
CAROLINA VAN WAEYENBERGE
Artista sensorial. Paisajes olfativos.

Carolina Van Waeyenberge, arte sensorial
Los olores son moléculas suspendidas en el aire.
Se evaporan a distintas velocidades.
Un perfume es un intento porque no se vayan.
Hay una parte hermosa: combinarlas para lograr fragancias cautivadoras.
Otra, menos interesante, dejarlas encerradas en un frasco.
Yo hago arte a partir de su libertad.

Paisajes olfativos: el arte de Carolina Van Waeyenberge
Estás parado ante un pasillo con delgadas estelas que se elevan a los lados entre plantas. Cada estela tiene en el centro una hendidura en la que debes acercar tu nariz.
Caminas y hueles.
Descubres de inmediato que no tienes suficientes palabras para explicar el olor.
“Huele un poco como arena”.
Caminas.
“Huele un poco como sal”.
“Ahora sí se bien: este olor es de alga”.
Caminar entre olores produce silencio.
“¿Bloqueador solar?”.
Y de pronto entiendes que tu incapacidad va más allá:
El olor simplemente te rebasa.
Sin saber cómo, sin entender por qué, estás pensando en aquel viaje infantil en el que fuiste feliz en el mar.
Silencio.


Carolina Van Waeyenberge: filosofía artística
Arte sensorial y conceptual que usa el olor para crear vínculos, despertar recuerdos y modificar nuestra relación con los espacios que ocupamos.
Obra: arte sensorial en espacios de referencia
Carolina Van Waeyenberge es artista mexicana, artista contemporánea, sensorial y conceptual.
Trabaja con paisajes olfativos que activan memoria y presencia.
Ha presentado obra en Taller/Casa Luis Barragán, IBERO CDMX (2024), MUPE – Museo del Perfume, Museo del Chopo y Centro Cultural Los Pinos, así como en Francia en el Théâtre de la Ville de Paris.
Inscrita en el arte mexicano contemporáneo, su investigación une olor y memoria, instalación y experiencia inmersiva.
"REFLEJO OLFATIVO" — CulturaUNAM, Centro Cultural Universitario (2025)
Un recorrido sensorial que combina conversación, arquitectura y perfume para vivir el CCU con la nariz.
Estaciones aromáticas subrayan materiales y paisajes —madera, piedra, follaje— y el público camina entre pabellones mientras cada olor activa memorias personales mientras establece profundos diálogos en torno a conceptos como presencia, conciencia y espacio.
Colaboración con el perfumista Nadjib Achaibou y el arquitecto Ignacio Pérez Certucha, con apoyo de Terra Cognita.
Eje: arte sensorial, diseño olfativo del espacio y memoria compartida.
“No pasa un día en que no estemos, un instante, en el paraíso” — Taller/Casa Luis Barragán
Paisaje olfativo inspirado en una cita de Borges.
Módulos de concreto con incisiones alojan los aromas; el público camina y huele, detonando recuerdos (“sal”, “arena”, “alga”) hasta activar memorias de mar e infancia.
Eje: memoria y topografía del aroma.
“La falta, la falla, el fantasma” — MUPE, Museo del Perfume
Instalación con cuatro campanas/máscaras y perfumes creados para la obra. El visitante habita cada estación y atraviesa estados afectivos vinculados al duelo y la memoria.
Eje: el olfato como lenguaje conceptual.
Activación — IBERO CDMX (2024)
Relectura de la pieza en campus. El dispositivo se adapta al entorno vegetal-urbano para involucrar nuevas audiencias. La experiencia olfativa provoca silencio compartido, conversación y comunidad.
Eje: inclusión y presencia.

cartografías emocionales
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recordar
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respirar
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sentir
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estar

Carolina Van Waeyenberge, paisajista olfativa
Carolina Van Waeyenberge inventa experiencias con aromas donde sentir es un acto de resistencia: pausas habitables que recuerdan que hay otras formas de vivir, de ser, de mirarnos.
Sus paisajes olfativos convocan la curiosidad y el cuidado; invitan a descubrirse a una misma y, desde ahí, a empatizar con el otro—no por miedo ni por dominio, sino por amor, respeto, curiosidad y ternura.
Aquí el trabajo sucede en un clima de afinidad y afecto como gesto radical frente al mundo hiperindividualizado.
El espacio se vuelve materia sensible; la arquitectura conversa críticamente con el modernismo; el aire se vuelve lenguaje común.
La subversión es sencilla en el arte sensorial de Carolina Van Waeyenberge: respirar juntos conmovedoras fragancias hasta que la memoria abra una puerta y nos revuelva, ligeros, en su hermoso misterio.



